¡Hola chicas!
¿Os imagináis vivir encerradas en vuestra casa con miedo a abrir la puerta por si os sacan de allí y os llevan a un sitio al que no queréis ir?
Hoy me ha llegado al despacho un informe del médico, detrás del cual hay un caso que quiero compartir con vosotras. El doctor denuncia la situación de un anciano que ni sale de casa, ni le abre la puerta a nadie.
Hilario, de 80 años, está soltero y lleva muchos años viviendo solo, desde que murieron sus padres. La casa es la misma que ha sido su hogar toda la vida, donde el hombre se crió junto a su familia. Su hermana Luisa es el único vínculo familiar que tiene cerca, quien se encarga de llevarle la comida todos los días. Pero Hilario no le abre la puerta ni a su hermana, simplemente recoge la comida y no deja que nadie entre.
Luisa, preocupada por la salud de su hermano, ha ido al centro de salud del pueblo para que el médico visite a Hilario, aunque éste, como era de esperar, no le ha abierto la puerta. El anciano dice que tiene miedo de que lo lleven a una residencia y que él quiere quedarse en su casa.
Y aquí es cuando yo entro en escena, leyendo el informe que nos ha pasado el doctor. He investigado un poco más el caso hablando con sus familiares y al valorar su situación socioeconómica me he encontrado con que Hilario no tiene ni pensión de jubilado, ni ayudas sociales… ni siquiera tiene DNI. De cara a la Administración, este hombre no existe, nunca ha cotizado a la Seguridad Social porque ha trabajado en el campo, y ahora no tiene derecho a prestación.
Es normal que Luisa esté preocupada y sienta la necesidad de hacer algo por su hermano, y ya desesperada se ha puesto en contacto con la Fiscalía de Familia, donde le han aconsejado que avise a la Guardia Civil para que éstos entren por la fuerza y se lo lleven a realizar un reconocimiento médico.
Está claro que hay que hacer algo por Hilario, legalizar su situación y conseguirle un apoyo económico y social, pero ante todo es un ser humano que al fin y al cabo sólo tiene miedo. Intentemos que el proceso sea lo menos traumático posible y este hombre entienda que su situación puede mejorar si se deja ayudar.
¿Vosotras qué haríais? ¿Le dejaríais en su casa tranquilo o le sacaríais a pesar de todo?
¡Hasta la próxima, chicas!
Mafalda.
Imagen: Fuente: J.M. Álvarez